Nuevas historias para contar: Décima segunda semana. 02, 03 y 04 de febrero de 2011.

“…El cambio tecnológico es una constelación que abarca lo que se elige y lo que no se elige, lo que se prevé y lo que no puede preverse, lo que se desea y lo que no se desea (…). Para bien o para mal, las nuevas tecnologías se tornarán –ya lo han hecho– indispensables para la práctica de la enseñanza.”

Burbuler, N.

Actividades realizadas:

ü Revisión de actividades asignadas para el hogar referidas a “sustantivos”, “relaciones entre padres e hijos” y “Ezequiel Zamora”.

ü Orientación en la resolución de problemas matemáticos concernientes a las propiedades de la adición y la multiplicación.

ü Orientación en el uso del diccionario.

ü Orientación en el uso de software especializado.

ü Orientación en la elaboración de círculos y circunferencias destacando sus elementos.

ü Conversación con padres y representantes durante la entrega de informes evaluativos de lapso.

ü Revisión y clasificación de materiales didácticos y audiovisuales referentes a los sustantivos, el cuerpo humano y el Bicentenario.

Esta semana aprendí… que la utilización de ordenadores no presupone, por sí misma, estar utilizando tecnologías de tipo inteligentes. Es menester ser conocedor de algunos programas y actividades para realizar esa consideración. Apropiarse de los beneficios que los adelantos tecnológicos aportan, es muestra de flexibilización y de adaptación a los nuevos ritmos, intereses y posibilidades de los alumnos. Podría comenzar a plasmar algunas de las virtudes que las nuevas tecnologías ofrecen a las rutinas escolares, pero no puedo dejar de mencionar la labor fundamental que el docente tiene como profesional. Mediar entre la computadora y el alumno es una tarea que requiere de algunos supuestos, pues la cantidad de información circulante y su procesamiento son los elementos fundamentales que caracterizan a la sociedad de hoy y a los sistemas actuales de comunicación. Este recurso comunicativo tan potente deja en ventaja o en desventaja no sólo a quien puede o no acceder a ella, sino también a aquellos que puedan o no analizarla, seleccionarla y utilizarla de manera eficiente.

Ahora cabe la pregunta: ¿Una tecnología es buena o mala? Así como nadie preguntaría hoy si la pizarra, la tiza o los libros de textos son buenos o malos para la educación, considero que sucede lo mismo respecto a las denominadas “nuevas tecnologías”. Cualquier tecnología puede aplicarse bien o mal,”…lo esencial es saber cómo, quién y con qué fines se los usa”. Pensar en trabajar determinados contenidos curriculares, utilizando determinadas aplicaciones tecnológicas, implica suministrarle al alumno elementos que van más allá de trabajar con mayor rapidez y menor esfuerzo. Por el contrario, considero que cualquier trabajo en colaboración, en este caso con el computador, exige esfuerzo, dedicación, concentración y el uso de determinadas habilidades y estrategias.

Las nuevas tecnologías no pueden ser tomatas como un laboratorio de información, donde se accede con el fin de obtener de manera rápida, práctica y sencilla y, por qué no decirlo, casi mágica, todo aquello que necesitamos. Internet, especialmente, es un espacio donde deben interactuar actividades de indagación, de comunicación, de construcción y de expresión. La escuela no puede ser ajena a tales cambios y debe, entonces, utilizar la tecnología como recurso de aprendizaje.