Novena semana. 13 y 14 de Enero de 2011

“No hay malos estudiantes, sólo malos maestros”.

 Actividades realizadas:

ü Fortalecimiento de conocimientos matemáticos.

ü Revisión de ejercicios evaluativos del área de matemática.

ü Lecturas reflexivas sobre “Bolívar conservacionista”.

ü Discusión y revisión de actividad referida al tema “Bolívar conservacionista”. 

ü  Orientación en el uso del diccionario.

ü Lectura reflexiva: “Elegir con libertad”.

ü Discusión sobre el valor de la libertad.

Esta semana aprendí… que un docente sin creatividad imposibilita, de manera transmisible, el “poder hacer” en sus alumnos, puesto que interrumpe el camino hacia su propio estilo de aprendizaje. Se puede decir que la creatividad no es algo que uno mantiene guardado en un armario y sale de vez en cuando. Es una capacidad que surge en tanto uno tenga necesidad, ganas u oportunidad de expresarla. Por consiguiente, es vital que les demos a los niños la necesidad, las ganas y la ocasión de expresarse desde diferentes propuestas. No obstante, nos enfrentamos a uno de los mayores asesinos de la creatividad en general y de la infantil en particular, el tiempo. Crear implica apropiarse del tiempo que cada uno necesita y que está relacionado con el reloj biológico propio, individual y personal. Los niños necesitan “tiempo” para saborear  y explorar una actividad, un material, una idea, logrando así su apropiación de forma significativa.

El espíritu creativo se nutre con el aliento y se marchita con la crítica. Por esta razón, debemos tener muy claro cuáles son los ritmos, los talentos, las diferentes formas de manifestarse de nuestros alumnos e insinuar siempre que el esfuerzo realizado es sumamente positivo, para impedir que se frustren y lograr, así, que se continúen desarrollando sus habilidades. Esto significa que cada niño deberá empezar a aprender la manera de confiar en sí mismo y, sin pensarlo dos veces, debe poder demostrar con claridad cuál fue su objetivo, es decir, qué fue aquello que se propuso hacer  y, que sorprendió a quienes lo rodean. Consecuentemente, cada uno debe saber que tiene condiciones, habilidades y talentos, silenciando de esta forma la censura que existe en cada uno, atreviéndose  a crear e innovar. Poder crear implica estar atento; es acaparar y abarcar con la mirada todo aquello que nos rodea. También significa ser proclive a averiguar, a investigar y a buscar a fondo todo lo relacionado con la actividad que se quiere desarrollar.

Por último, es imprescindible apelar a la fuerza interior para cumplir los objetivos. Todo aquello que deseemos abordar necesita tiempo y voluntad. Pero, por sobre todo, la creatividad florece cuando las cosas se hacen por placer, y sentirse bien, satisfecho, cómodo con un trabajo realizado no necesariamente tiene que tender a la perfección. A veces, enseñar técnicas y no permitirles “volar” a los niños termina por coartar sus posibilidades y acaban cansándose de aquello que tanto les gusta.

Los maestros y maestras conscientes de esta gran responsabilidad, deben asumir la formación de los niños y niñas desde una concepción integral que les permita crecer y crear, privilegiando así la educación en la vida y para la vida, sustentándose a su vez, en un criterio armónico que responda a lo que es y puede llegar a ser el hombre desde su naturaleza, una educación orientada a recoger todo aquello que dignifique y enaltezca la condición humana.

                             

Registro fotográfico: 



Nada como un buen desayuno antes de comenzar la jornada...





Exposición de carteleras relacionadas con los cambios globales... Donde se lucieron ellas...



... Y ellos también.

 

Dos actividades muy distintas para compartir durante el tiempo libre...